El actual brote de covid-19 ha impulsado el interés por las últimas tecnologías de desinfección. En particular, las tecnologías de desinfección automatizada de salas sin contacto han recibido una gran atención. Además de nuestra propia unidad STERISAFE PRO basada en ozono, los nebulizadores de peróxido de hidrógeno y los robots de luz UV están entre los más demandados en el sector. Esta breve reseña se centra en las soluciones UV y pretende ofrecer información básica sobre esta tecnología y compararla con el STERISAFE PRO.

¿Qué significa UV?

La luz ultravioleta (UV) es una parte del espectro de luz invisible para el ojo humano. Normalmente se clasifica en tres tipos, dependiendo del rango de la longitud de onda: UVA, UVB y UVC. El único tipo que se utiliza con fines biocidas es la luz UVC (200-280 nm), conocida por provocar daños celulares a nivel del ADN o del ARN, lo que provoca la desactivación de los microorganismos. Además, se sabe que la UVC puede oxidar otros objetivos celulares, como las paredes de la célula. Se puede producir luz UVC por distintos medios y con distintos tipos de bombillas que difieren en intensidad, tipo de emisión (continua o pulsada) y, por último, en su eficacia. La acción basada en luz de la tecnología UV tiene una desventaja evidente: no puede desinfectar áreas que no “ve”. Esto se conoce como el “efecto sombra”, por el que, a diferencia de las soluciones que utilizan gas como la ozonización, un dispositivo UV nunca podrá desinfectar todos los rincones y las grietas de una sala. Aunque este es el mayor inconveniente de esta tecnología, además del más obvio, hay otros aspectos que pueden ser preocupantes. Se trata de factores relacionados con el modo de acción de la luz UV, cuya eficacia depende en gran medida de (1) la intensidad y la dosis de luz UV, (2) la distancia entre la fuente de luz y la superficie que se descontamina y (3) el tiempo de exposición.

Esos tres factores están estrechamente relacionados, ya que una menor distancia entre la fuente de luz y la superficie objetivo ofrecerá mayor intensidad, pero también tratará una superficie de menor tamaño. Por tanto, el tiempo de exposición necesario deberá adaptarse a todas las superficies a tratar. Por eso es esencial garantizar que los sistemas de desinfección basados en luz UV se utilizan de forma adecuada para lograr una desinfección correcta. Para conseguirlo, es esencial controlar adecuadamente los parámetros importantes (distancia a las superficies objetivo, tiempo de exposición para todas las superficies) en todo momento durante el proceso. Con el STERISAFE PRO, este control constante y en tiempo real lo proporcionan los detectores integrados de ozono y de humedad. Las empresas más serias solicitan a terceros pruebas de eficacia para validar sus afirmaciones, pero no se trata de un requisito legal a nivel europeo porque, en la mayoría de los casos, la luz UV no se incluye en el Reglamento de Productos Biocidas (RPB). Además, es prácticamente imposible reproducir las condiciones controladas de dichas pruebas en situaciones reales.

UV como desinfectante de superficies

En concreto, las afirmaciones sobre la eficacia de la luz UV, si las hubiera, se basan en resultados de pruebas realizadas a una distancia fija (normalmente, de 30 cm, 50 cm o 1 m). Como la luz obedece a una ley de cuadrado inverso, la intensidad de las luces UV desciende exponencialmente al aumentar la distancia. Eso quiere decir que, cuando la distancia se duplica, la intensidad que llega a la superficie objetivo se reduce a un cuarto. Esto se puede ver en la Figura 1: a 1,2 m de distancia de la fuente, la intensidad de la luz UV se reduce a solo un 6,3% de la intensidad inicial. Debido a esta particularidad, la pérdida de intensidad es igual a la pérdida de eficacia biocida. Así, los fabricantes suelen anunciar una reducción de log de entre 2 y 4, muy lejos de la reducción de 6 log que se puede ver en otras tecnologías (enlace a nuestra tabla de eficacia). Además, para ser eficiente un sistema de luz UV estática debe colocarse en 3 o 4 posiciones diferentes dentro de una sala para asegurar que se cubren todas las superficies. Aunque un solo ciclo rápido de luz UV suele durar unos 15 minutos, la duración total del ciclo para una sola sala se debe multiplicar por el número de posiciones en las que se coloque la fuente de luz.

Figura 1. La intensidad de la luz UV se reduce al aumentar la distancia de la fuente, obedeciendo a la ley del cuadrado inverso (I corresponde a Intensidad, d a distancia de la fuente)

Se ha desarrollado la automatización del proceso UV para evitar este problema. Sin embargo, aunque es más práctico en lo relativo a la autonomía y a la cobertura general, las limitaciones inherentes a los sistemas UV no se pueden ignorar y garantizar una intensidad total sobre todas las superficies es prácticamente imposible. La Figura 2 ilustra este problema con la comparación entre un sistema UV pasivo, un proceso automatizado y el ciclo de un STERISAFE PRO. Los efectos sombra están claramente ilustrados y muestran la diferencia de los niveles de exposición entre distintas superficies. Como unos niveles de exposición más bajos pueden dar lugar a una tasa de desactivación baja, es importante destacar que algunos organismos también cuentan con mecanismos para lidiar con ADN dañado por luz UV. El mecanismo de este tipo más importante se llama fotorreactivación. Como con todos los tipos de biocidas, la desinfección parcial puede ser peligrosa y dar lugar a una mayor resistencia. Por eso, es esencial aplicar un procedimiento operativo estandarizado (POE) al utilizar tecnología UV. Las soluciones UV automatizadas suelen basarse en inteligencia artificial (IA) para conseguirlo, mientras que las soluciones pasivas requieren de un operario con una formación adecuada.

Figura 2. Comparación de exposición entre (1) tecnología UV pasiva (izquierda); (2) tecnología UV automática; y (3) un ciclo de STERISAFE PRO.

Además de los inconvenientes asociados con una fuente de luz, la tecnología basada en UV comparte algunos problemas con otros tipos de desinfección. Los fabricantes de dispositivos de luz UV suelen afirmar que no generan subproductos directos ; sin embargo, los subproductos se pueden crear al reaccionar con la luz UVC dependiendo del tipo de sustancias presentes en la sala que se va a tratar. Algunas sustancias orgánicas se oxidan parcialmente en presencia de luz UV, lo que produce lo que se conoce como subproductos de desinfección (SPD). Esto incluye sustancias gaseosas como el formaldehído, el benzaldehído, el ácido acético, el ácido fórmico y el monóxido de carbono. Además, también se forman partículas finas similares a la contaminación por niebla que que se ve en zonas urbanas densamente pobladas. Las especies gaseosas y particuladas son las responsables de lo que se conoce como síndrome del edificio enfermo (SEE), que puede producir dolores de cabeza, un rendimiento bajo, falta de concentración y un aumento de los días de baja por enfermedad para los trabajadores.

La producción de dichas sustancias es especialmente obvia por el olor residual que a veces se presenta tras un tratamiento basado en luz UV, ya que quedan partículas quemadas en el aire de, por ejemplo, pelo o piel. Dependiendo de las condiciones iniciales, la intensidad del olor residual puede ser lo suficientemente fuerte para resultar molesta para los trabajadores. Es importante destacar que prácticamente todos los desinfectantes, incluido el ozono, tienen el potencial de reaccionar con sustancias orgánicas inicialmente presentes en una superficie a tratar o en el aire. Pero, mientras que el STERISAFE PRO está equipado con un precipitador electrostático (ESP) que filtra esas partículas residuales para reducirlas, junto con otras especies gaseosas, a niveles seguros, no nos consta que existan dispositivos UV con esta función (ver nuestro informe técnico sobre este asunto en https://sterisafe.eu/direct-handling-of-disinfection-products-dangers-and-solution/). Además, como ocurre con casi todos los biocidas, lo que resulta nocivo para los microorganismos también lo es para los humanos. La luz UVC puede penetrar en la piel y provocar daños a las personas que se expongan a ella. Los daños en la piel y en la retina están en la lista de peligros potenciales. Distintos tipos de UVC pueden tener diferentes consecuencias o riesgos variables, por eso es importante conocer las medidas de seguridad asociadas a cada tecnología.

STERISAFE PRO vs. tecnología UV

En resumen, como sucede con el ozono o el peróxido de hidrógeno, la tecnología de desinfección por UV presenta ventajas y desventajas. Cuando se trata de escoger una solución, es importante conocer las particularidades de cada tecnología. En comparación con sus competidores, la luz UV ofrece una duración de tratamiento muy breve y una gran facilidad a la hora de preparar la sala a tratar. Sin embargo, el STERISAFE PRO y su tecnología basada en ozono siempre ofrecen resultados mucho más fiables gracias al control constante y en tiempo real de los parámetros biocidas y garantizan que todas las superficies de una sala reciban el mismo tratamiento.

Gráfico comparativo de tecnologías

REFERENCIAS

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